miércoles, 2 de abril de 2008

Una nueva forma de concebir la sociedad y el poder

Fragmentos de Mariano Moreno y Bernardo de Monteagudo
El Contrato Social
"La gloriosa instalación del gobierno provisorio de Buenos Aires ha producido tan feliz revolución en las ideas, que agita­dos los ánimos de un entusiasmo capaz de las mayores empre­sas, aspiran a una constitución juiciosa y duradera que restitu­ya al pueblo sus derechos, poniéndolos al abrigo de nuevas usurpaciones; [… a la] consolidación de un bien general que ha­ga palpables a cada ciudadano las ventajas de la constitución, y lo interese en su defensa como en la de un bien propio y perso­nal. Esta obra es absolutamente imposible en pueblos que han nacido de la esclavitud, mientras no se les saque de la ignorancia de sus propios derechos en que han vivido. […] Los tiranos habían procurado prevenir diestramente este golpe, atribuyen­do a un origen divino su autoridad; pero la impetuosa elocuen­cia de Rousseau, la profundidad de sus discursos, la naturalidad de sus demostraciones disiparon aquellos prestigios; y los pue­blos aprendieron a buscar en el pacto social la raíz y único ori­gen de la obediencia, no reconociendo a sus jefes como emisa­rios de la divinidad, mientras no mostrasen las patentes del cie­lo en que se les destinaba para imperar entre sus semejantes; pero estas patentes no se han manifestado hasta ahora, ni es posible combinarlas con los medios que frecuentemente condu­cen al trono y a los gobiernos."
Mariano Moreno. Prólogo a su traducción y edición del “Contrato social" de Rousseau. La Gazeta de Buenos Aires. 1810.

La libertad
"La LIBERTAD no es sino una propiedad inalienable e imprescriptible que goza to­do hombre para discurrir, hablar y poner en obra lo que no perjudica a los derechos de otros ni se opone a la justicia que se debe a sí mismo. Esta ley santa derivada del consejo eterno no tiene otra restric­ción que las necesidades del hombre y su propio interés: ambos le inspiran el respe­to a los derechos del otro, para que no sean violados los suyos: ambos le dictan obligaciones a que es­tá ligado para con su individuo y de cuya observancia pende la verdadera libertad. Ninguno es libre si sofoca el principio acti­vo y determinante de esa innata disposición: ninguno es libre si defrauda la LIBERTAD de sus semejantes, atropellando sus dere­chos: en una palabra, ninguno es libre si es injusto."
Bernardo de Monteagudo. "Observaciones didácticas" en El Mártir o Libre. 21 de febrero de 1812.

La igualdad
''La tierra está poblada de habitantes más o menos fuertes, más o menos felices, más o menos corrompidos; y de estas ac­cidentadas modificaciones nace la desigualdad de recursos que los espíritus dominantes han querido confundir con una desi­gualdad quimérica de derechos que sólo existen en la legisla­ción de los tiranos. Todos los hombres son iguales en presencia de la ley: el cetro y el arado, la púrpura y el humilde ropaje del mendigo no añaden ni quitan una línea a la tabla sagrada de los derechos del hombre."
Bernardo de Monteagudo. "Observaciones didácticas" en El Mártir o Libre. 21 de febrero de 1812.

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